mentiras y suspiros

 
 

mentiras y suspiros

 

te moja más de abajo que del cielo,

te empuja a tironear las noches largas…

de pronto un resbalón te pide el alma

con el vuelo de un gorrión

que se escapa por las casas…

 

madruga y llueve el aire,

se desnuda Buenos Aires

con las lágrimas sedosas

de un jazmín goteando el suelo…

te moja más de abajo que del cielo,

poniéndote a correr por las terrazas…

 

desnuda y duele el aire,

se despinta Buenos Aires

con las páginas borrosas

de un clarín mintiendo el sueño…

te tira más de adentro que del viento,

poniéndote a saltar entre las chapas…

 

te mueve más del cuerpo que del tiempo,

te lleva a navegar las lunas vagas…

de pronto un cascarón te cruje el alma

con el grito de un amor

que se embarra por la cama…

 

madruga y llueve el aire,

se destiñe Buenos Aires

con las lágrimas de cera

de un barniz goteando el suelo…

te mueve más del cuerpo que del tiempo,

poniéndote a correr por las terrazas…

 

desnuda y duele el aire,

se despeina Buenos Aires

con las páginas de barro

de un bulín pagando el sueño…

te tira más de adentro que del viento,

poniéndote a saltar sobre las zanjas

que te incitan a seguir…


en una lija de baldosas

 

crucé de atrás

la fantasía de volar

sobre los techos

y repetirle cicatrices

a los sueños...

es una deuda

insospechada de belleza

que trae el viento

a la ciudad…

 

solté la voz

en una muda de gorriones

sin escuela

como buscándole el harapo

a la tristeza

desbarrancada en un poema

sin ahogo

que lleva el viento…

y no volvió…

 

salté a las calles

desembarrándome los pasos

de la ausencia,

como lloviéndote la piel

entre esos charcos

que levantaban tu canción

hasta mis manos

hechas de viento

que se fue

llevando un rastro…

 

y apenas piel

en las rendijas de la luz

goteando el patio

y repitiendo cicatrices

en los sueños…

es un malvón

desesperado de perfume

que trae un beso

en soledad…

 

pinté tus pies

en una lija de baldosas

sin rayuela

como buscándole un sentido

a la pobreza

despechugada en un poema

sin mojones

que lleva el viento…

y no volvió…

 

salté a las calles

desembarrándome los pasos

de la ausencia,

como lloviéndote la piel

entre esos charcos

que levantaban tu canción

hasta mis manos

hechas de viento

que se fue

llevando un rastro…

 

 

© 2014 Todos los derechos reservados.

Crea una web gratisWebnode